Los adolescentes tenemos unas tonterias..

Anoché Miguel llamó. Cogí el inalámbrico,vi el 'anónimo' en la pantalla,respiré hondo y descolgué con un seco '¿quien eres?' . Se quedó callado un par de minutos,entonces empezó a gemir exactamente igual que cuando compartimos cama.
En un susurro dijo que le ponia mucho oirme respirar,terminó y colgó.
Estuve toda la noche despierta,mirando la pantalla azul del reproductor de cd's en standby.
Demasiado mareada para levantarme y ver la tele o leer algo. Cansada para el mundo y aterrada para dormir.
Cuatro llamadas practicamente iguales en tan solo dos días. Podría coger y colgar,pero eso lo enfadaria y no quiero más problemas.
No se me ocurre con quien hablar de todo esto. Hay oidos que se hacen los sordos y otros con los que ni me planteo hablar.
Además hoy tuve clase,no pude quedarme en cama mirando los agujeros de la persiana. Tras dos magnificos días expulsada por una acalorada discusión con la directora,volví.
Mis padres,mejor dicho,mi padre,me grita por una bolsa de patatas escondida en mi bolso. Cree haber oído vómitos hace dos noches.
Lo siento papá,se que no es bueno,pero apenas puedo controlarlo. Es otra de las muchas cosas que se me ha ido de las manos.
Pero al fin y al cabo tampoco sabe nada de lo que Miguel me hizo el sábado. Ni se imagina como estoy. La agonía 'espectacular' del fin de tres años de idas y venidas. Nadie lo sabe.
Solo yo. Y él.